¿Has escuchado alguna vez sobre el acretismo placentario?
El acretismo placentario consiste en una adherencia anormal de la placenta a la pared uterina por la cual el alumbramiento puede conducir a una hemorragia masiva. La gravedad varía. Esto dependerá de que la placenta penetre una parte del útero, o su totalidad, invadiendo toda la pared del útero, es decir, atravesándolo.
La incidencia de esta patología es cada vez mayor, ya que el factor de riesgo más importante es la operación de cesárea programada. Como el índice de cesáreas está en aumento, cada vez hay más mujeres con antecedentes de haber tenido una cesárea en embarazos anteriores, y por lo tanto, hay más mujeres en riesgo de tener un acretismo placentario en su próximo embarazo.
Las cicatrices uterinas que resultan de una cesárea, así como de legrados uterinos y otras cirugías en el útero, constituyen un terreno que predispone al acertijo planetario. El riesgo también se eleva si la mujer es fumadora crónica, mayor de 36 años y si tuvo varios embarazos previos.
Además, el sitio donde se implante la placenta será otro factor de riesgo, ya que cuando se sitúa en la mitad inferior del útero, tiene amplias posibilidades de ubicarse sobre la cicatriz de una cesárea de un embarazo previo, y entonces puede producirse una implantación anómala.
La placenta penetra la cicatriz, lo cual provoca que no se pueda desprender luego del nacimiento del bebé produciendo hemorragias severas en la madre.
Tal es su relación que una mujer que se somete a 1 cesárea tiene 0.6% de posibilidades de sufrir posteriormente placenta previa; y un 25% de presentar Acretismo Placentario. En el caso de una embarazada que se realice 4 intervenciones quirúrgicas anteriores, aumenta el riesgo de placenta previa a un 10% y en 80% de acretismo.
Si se sospecha a través de las ecografías la presencia de esta enfermedad, lo más probable es que el médico someta a la paciente a una cesárea. En la mayoría de los casos, la mala retracción uterina post parto exigirá la realización de una histerectomía o extirpación del útero.
Actualmente constituye una de las principales causas de histerectomía puerperal y de morbimortalidad materna. El reconocimiento de los factores de riesgo, el diagnóstico prenatal, la planificación de la estrategia quirúrgica y el enfoque multidisciplinario son los pilares para la prevención de la alta morbimortalidad materna
Tipos de acretismo
Placenta ácreta:
Las vellosidades se insertan directamente en el miometrio por un efecto en el desarrollo de la desidua.
Placenta íncreta:
Las vellosidades penetran hasta el interior del miometrio
Placenta pércreta:
Las vellosidades alcanzan la serosa peritoneal o incluso penetran en la cavidad abdominal e invaden órganos vecinos.
Factores de riesgos
- El principal factor de riesgo es la presencia de una placenta previa asentada sobre una cicatriz uterina (siendo la cesárea previa la más habitual). El riesgo aumenta con el número de cesáreas.
- Placenta previa: la placenta previa se comporta como un factor de riesgo independiente para placenta ácreta
- Cicatriz uterina previa: es el factor más importante, pero principalmente por su asociación con la placenta previa. El riesgo de placenta ácreta en ausencia de placenta previa aumenta solo ligeramente con el número de cesáreas (0,8% tras 4 cesáreas previas)
- Otros factores de riesgo descritos, aunque no se puede cuantificar su contribución al incremento de riesgo de placenta ácreta son:
- Edad superior a los 35 años
- Multiparidad
- Defectos endometriales (Sindrome de Asherman)
- Miomas submucosos
- Tabaco
Tratamiento
Cuando se realiza el diagnóstico prenatal de placenta ácreta se debe lograr la resolución del caso en un centro terciario o con la mayor complejidad posible.
El tratamiento es quirúrgico y clásicamente consiste en la histerectomía puerperal. Asimismo, existe consenso en que la placenta debe ser dejada en su lugar y que la cirugía debe ser en condiciones electivas. Cuando por algún motivo, generalmente una hemorragia, la cirugía debe ser realizada de urgencia, nuestro programa prevé la conformación de urgencia del equipo multidisciplinario.
En la última década se han intentado distintas opciones terapéuticas conservadoras, que deben ser evaluadas en cada caso en particular.
El acretismo placentario supone una entidad grave que debe manejarse de forma preferente y con equipo quirúrgico multidisciplinario. Hasta la fecha no existe un solo tratamiento que se pueda considerar como el óptimo, puesto que la histerectomía es curativa y la morbilidad materna asociada es elevada.